Estados Unidos y su reforma sanitaria

A principio de esta semana, Obama consiguió una de sus promesas electorales: cambiar el sistema sanitario estadounidense.  El motivo que le ha llevado a realizar esta reforma es bien sencillo: en la actualidad, en la primera potencia mundial, más que un derecho es un privilegio. Hasta ahora, la inflación médica pone en peligro la economía del país e inquieta a un mayor número de ciudadanos que no puede pagarse el seguro ni las facturas médicas. Esto hace que los enfermos no tengan acceso a los tratamientos, no sólo en barriadas pobres, sino en los centros médicos más prestigiosos de ciudades como Washington o San Francisco.

Hasta ahora ha habido muchos problemas. Un ejemplo de ello lo tienen las personas de más de 50 años, ya que las probabilidades de que tengan un seguro médico son ínfimas. El sistema sanitario ha sido, en muchas ocasiones, objeto de críticas por su falta de universalidad y la presencia de una gran cantidad de gente que carece de un seguro.En el país hay 47 millones de personas sin uno y sólo existe sanidad pública para los pobres y mayores de 65 años.

El Fondo Commonwealth ha presentado un informe mediante el cual se afirma que la asistencia en materia sanitaria en este país es muy cara y, además, muy deficiente. Este estudio indica que Inglaterra ocupa el primer puesto, seguida por Alemania, Nueva Zelanda y Australia.

Parece paradójico que Estados Unidos no tenga una cobertura universal a la sanidad pública, algo tan básico para todos.

A partir de 2014, más de treinta y dos millones de estadounidenses tendrán acceso un seguro médico.  Esta medida se ha aprobado ‘por los pelos’,  ya que se ha aprobado con un estrecho margen de 219 votos a favor frente a los 212 en contra.

Los cambios que se van a producir con esta reforma se van a basar en unos puntos clave:

1. Regulación: las aseguradoras no podrán denegar una póliza a aquellas personas que sufran patologías previas. Además, tendrán que ofrecer una cobertura mínima a nivel nacional y quedará totalmente prohibido expulsar a alguien por enfermedad. Esto último parece un poco paradójico, pero hasta ahora ha sucedido.

2. Obligatoriedad: esta nueva ley obliga a todos a estar asegurados. En caso de no tener un seguro, se pagará una multa para evitar la proliferación de los free riders. De hecho, cuanta más gente esté asegurada, más barata será la sanidad.

3. Mercado centralizado: las aseguradoras presentarán una serie de planes preestablecidos con cuatro niveles de precios y que serán iguales para todos, con el mismo precio. Con esto,todos saldrán ganando, ya que tendrán seguros más asequibles y las aseguradoras tendrán más clientes.

Sistemas de ayudas: a partir de ahora habrá una barrera de 88.000 dólares alaño por familia y 43.000 para individuales. De hecho, cualquier persona que esté por debajo de este umbral recibirá ayudas en función de su renta y lo que ésta se distancie de las barreras ya marcadas.

Con la aprobación de esta ley, y su posterior firma, Obama ha conseguido su primera victoria en unos momentos en los que su popularidad está bajo mínimos. Con la reforma, el presidente estadounidense afirma que su plan sanitario conseguiría apuntalar la recuperación económica del país, maltrecha por la crisis financiera internacional.